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¿Mal ambiente en el vestuario? El curioso cruce con Memphis que no gustó a Soyuncu

El zaguero turco no entendió la situación y no cambió su cara de pocos amigos.

Por Juan Gomez

El zaguero turco no entendió la situación y no cambió su cara de pocos amigos.

Atlético de Madrid consiguió traer solo tres refuerzos para esta temporada, Caglar Soyuncu, César Azpilicueta y Javi Galán. De estas incorporaciones, la que más le hacía ilusión a la afición era la del turco, pues su estadía en Leicester City fue bastante buena, salvo por la última temporada, donde solo jugó nueve partidos, siendo un suplente en casi todos los encuentros.


Esta situación provocó que el otomano llegará al Atlético de Madrid el pasado verano como agente libre, pues llegaba a reforzar una posición que se veía afectada por las lesiones, por lo que parecía que iba a tener un rol de titular indiscutido. Nada más alejado de la realidad, pues ha jugado solo cuatro encuentros de los 17 del club y ha jugado apenas 73 minutos.


Su rol como suplente fue lo que le provocó que abandonara a los Foxes que descendieron a la segunda división del fútbol inglés. Esto no le agrada para nada al turco, pues ha visto como perdió su puesto de titular en la selección otomana, ya que no ha tenido mucha competencia en más de un año, perdiendo algo de ritmo, y su temor se hace más grande a poco más de siete meses de que inicie la Eurocopa de Alemania 2024.


El Fenerbache quiere al turco para el invierno a préstamo, algo que quiere sí o sí, pues quiere volver a jugar para entrar al torneo continental y no descarta quedarse permanentemente en su país, especialmente por lo sucedido el pasado partido contra Mallorca, donde tuvo un curioso cruce con Memphis Depay, que no le agradó para nada al otomano, revelando su realidad en el club.

<br/>¿Se rompió todo?


Cuando los jugadores saltaron al banquillo de suplentes ante Mallorca, Memphis Depay llegó para retirar de donde estaba sentado Soyuncu, pues el otomano estaba en el asiento habitual del neerlandés. El turco no entendía nada de lo que le decían, por lo que Saúl tuvo que intervenir para explicarle. Luego de esto, todos se rieron, salvo por Caglar, que no entendió lo sucedido y siguió con una cara de pocos amigos, misma que mantendría a lo largo del encuentro, pues no vio ni un solo minuto.

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