Un perno, el jugador colchonero que está hace 10 años y ya no saben qué hacer con él

Saúl Ñíguez ya cumplió 28 años. Una edad ideal para la práctica del fútbol y donde, en teoría, debes vivir el momento de mayor plenitud y rendimiento. Una edad que, por su brutal irrupción en la élite, debería tenerle ahora como una de las piezas básicas de la España de Luis Enrique. Algo muy lejos de la realidad que está viviendo el ilicitano.

En marzo de 2012, con apenas 17 años, Simeone le convirtió en uno de los primeros canteranos en debutar con él en la élite. Fue ante el Besiktas en la Europa League que acabó ganando el Atlético en Bucarest. Fue el inicio de una historia que le lleva a haber jugado más de 350 partidos con la rojiblanca.

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Su juventud obligó a una cesión para coger experiencia. Fue en el Rayo y en Vallecas, jugando incluso de central, se ganó el billete de vuelta. Un curso para crecer, el 14-15, del que regresó más formado y listo para asaltar la titularidad en el primer equipo. Algo que terminó logrando al convertirse en uno de los centrocampistas más completos de LaLiga y de Europa.

Y ahí, de 2015 a 2018, se vivió la mejor versión de un Saúl que es, cuentan en el Metropolitano, el único jugador que ha renovado dos veces en la misma temporada. El Barça fue con todo a por él y Jorge Mendes, entonces su agente, sacó dos renovaciones al alza para ponerle más de 7 millones de euros por curso y una cláusula de 150 millones. Ahora parece una locura, en su día era la única manera de retener a uno de los jugadores con más presente de la plantilla. Un futbolista que llegó a promediar 10 goles por curso

El declive

Todo empezó a cambiar en 2019. Su rendimiento bajó y empezó a dejar de ser vital para Simeone, que le buscó acomodo en la banda izquierda ante la presencia de medios con más fútbol. No sólo tuvo 'problemas' con el técnico, también en una entidad donde no entendían ciertos comportamientos de un futbolista con fuerte carácter.