Por Juan Gomez
Atlético de Madrid consiguió un par de ventas con las que pudo darle financiamiento a la zaga defensiva. Antes de que esto se diera, el club liberó a Matt Doherty, que solo logró disputar un total de 12 minutos contra el Sevilla en la recordada goleada 6-1. El que le siguió fue Sergio Reguilón, que vio más minutos, pero fue un desastre completo.
Luego de que ellos dos se fueran, el equipo estaba en la búsqueda de un nuevo equipo para Geoffrey Kondogbia, puesto que Simeone le dejó muy en claro que no iba a contar para él. El Olympique de Marsella puso siete millones y se llevó al jugador. Con este dinero, se pudieron pagar los cinco millones por Javi Galán y los 2.5 por Santiago Mouriño.
En Los Ángeles de San Rafael, volvió alguien que no era muy apreciado, Renan Lodi. El jugador brasilero regresaba de un periodo de préstamo en la Premier League y al igual que el centroafricano, Simeone no quería contar con él, y es así que llegó una oferta del Olympique de Marsella, otra vez, y se llevaba al que no quería el Cholo.
El cuadro francés ponía 13 millones y se lo llevaba. Atlético de Madrid se alegró de inmediato, pero no tanto como el Atlético Paranaense, el club que formó al brasilero. Gracias al mecanismo de solidaridad de la FIFA, el cuadro Colchonero le otorga al sudamericano 410.000 euros. El elenco Rojiblanco se ha reservado un 20 % de la ficha del jugador para una futura venta.
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